sábado, 7 de junio de 2008

Estados Unidos, China y Uruguay: una vichadita

La crisis financiera (económica?) de Estados Unidos ha provocado cierto debate acerca de si la hegemonía de esta potencia se encontraba amenzada. La crisis financiera provocó grandes acciones de política monetaria por parte de la Reserva Federal, y de alguna manera sus efectos se han visto en los últimos meses en la depreciación del dólar a nivel internacional. Pero, ¿éstos han sido todos sus efectos?. La catástrofe en el crecimiento de EEUU no parece ser el escenario más factible, pero la disminución a mediano plazo de las tasas de crecimiento de la economía norteamericana, y quizás de la mundial, si bien parece reducir su verosimilitud, no puede todavía descartarse. Una mirada crítica e interesante sobre la situación de EEUU puede verse en el blog de Paul Krugman en el New York Times (http://krugman.blogs.nytimes.com/).

Desde otra perpectiva, Parag Khanna, un investigador en temas de geopolítica en Estados Unidos, plantea en un texto realmente interesante (Waving Goodbye to Hegemony) (http://www.paragkhanna.com/2008/01/waving_goodbye_to_hegemony.html) que Estados Unidos va a tener que acostumbrarse a compartir su hegemonía con Europa y con China. Adicionalmente, plantea que los estados “swing” (tomado de los estados de EEUU que no tienen un ganador claro entre demócratas y republicanos para las elecciones) van a ser fundamentales en la construcción de las hegemonías del futuro. Entre estos países “swing” se encuentran Brasil ,Rusia e India.


Aún sin tener muy claros cuáles son los factores que determinan el crecimiento y el desempeño relativo de largo plazo y los otros factores culturales en sentido amplio, la discusión acerca de la hegemonía norteamericana parece superar ampliamente en alcance a esta crisis financiera (económica?). Sin embargo, esta situación de aparente vulnerabilidad (y decadencia?) de Estados Unidos contrasta con la situación de aparente fortaleza (topadora?) de China, y por ello se discute el tema de si China puede ser la nueva hegemonía mundial.

La economía de China ha crecido en un proceso de convergencia acelerado con la economía de Estados Unidos desde comienzos de los años ochenta. Sin embargo, es importante resaltar dos hechos de este crecimiento. En primer lugar, los niveles relativos que China alcanza a comienzos de los dosmil, ya los presentaba a principios del siglo XX. O sea que, si creemos en estas estimaciones de Maddison, el proceso de China durante el del siglo XX se asemejaría más a una “U” que a un proceso de convergencia permanente.




En segundo lugar, es importante señalar el nivel del PBI per cápita de China. Esta variable, que es una primera aproximación al poder adquisitivo de las personas de un país, marca que un ser humano de China tiene en promedio un nivel de ingreso que apenas supera el 20% del de un estadounidense promedio. Este porcentaje de ingreso relativo con respecto a Estados Unidos es el que ha venido presentando Brasil desde la comienzos de los noventa. En cuanto a la distribución, mientras que la desigualdad, medida a través de un indicador conocido como Indice de Gini (donde cero es más igual y uno lo más desigual), es de 40,8 para Estados Unidos, 46, 9 en China y 57 en Brasil.

Con respecto a las implicancias del crecimiento de China para Latinoamérica se han comenzado a escribir un conjunto de cuestiones. En un trabajo titulado “CHINA MATTERS. China’s Economic Impact in Latin America”, Gallagher y Porzecanski (2008) señalan que hasta 1993 Latinoamérica y el Caribe(LAC) tenía un superavit comercial con China, pero 12 años después pasó a tener un déficit neto. Con excepción de Brasil, Argentina, Chile, y Perú, los demás países tienen déficit con China de magnitudes importantes en relación con el déficit total. En Uruguay, el déficit comercial con China representa el 25% del déficit total.

En cuanto al tipo de bienes que se comercian, Latinoamérica y el Caribe (LAC) provee a China de materias primas (madera, alimentos, minerales, bienes perecederos) y commodities, y China exporta manufacturas a LAC. Este comercio con China puede implicar una profundización en la especialización en productos primarios. En el corto plazo, la demanda de China de estos bienes es positiva, no solo por el incremento en las exportaciones de LAC, sino porque también impulsa el incremento de los precios de exportación de estos productos. Sin embargo, la profundización de este patrón de exportación puede implicar una penalización del crecimiento en el largo plazo, ya que tal como se afirma desde algunas corrientes desde comienzos de los cincuenta, parece haber una clara relación entre lo que se comercia y el crecimiento de largo plazo. En este sentido, el “despegue” Chino puede representar una fuerte competencia en los mercados internacionales a la hora de cambiar el patrón de diversificación.

Si Estados Unidos, si China….si Europa?. En definitiva, el tema parece recién comenzarse a discutir, por lo menos en Uruguay. Quizás pensar algunos escenarios posibles sobre hacia dónde se dirigen algunos procesos, que lentamente están ya transcurriendo, nos permita tomar decisiones…hacer apuestas, más informadas y mejores…

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